
Es un juego de ajedrez complicado
que inventa reglas en cada sermón,
un envite a pares con los dados,
un regate en el salón.
Es una mirada indiscreta de convento,
un brindis en fiestas de guardar,
resucitarte cuando lo intento
y morirte de verdad.
Es un imposible quijotesco,
un duelo por muerte inesperada,
es El Papa en un día de asueto,
es una corchea infinitivada,
quererte es amar la vida,
y odiarte mi única salida.
2 comentarios
nia -
Yo... golondrina... -
Me enredas la garganta Sergio... siempre.
Un abrazo gigante